viernes, 9 de julio de 2010

LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD SOMOS DISCRIMINADOS: Lidia Pedrero


Pensamos que el diputado Custodio entendería nuestra situación porque fue director del Centro de Rehabilitación, pero no ha hecho nada por reglamentar una Ley que nos proteja. Por Dios, No se burlen de nuestra condición porque somos seres humanos pensantes, inteligentes como cualquier otra persona, no poner un carrito eléctrico en la entrada para que nos ayude en nuestras actividades equivale a un letrero de “No se Permite la Entrada a Discapacitados”

Luis Uriel Acosta Magaña
(Primera Parte)

Considerada una persona que lucha en cada momento porque desde un principio se hizo el propósito de ser mejor día con día, argumenta que una discapacidad no es limitante para realizar sus actividades y se esfuerza por realizarlas bien, ya que destaca como una persona muy positiva que trabaja no nada más para ella como persona sino para poder ayudar a otras que necesitan de alguien, que los escuche, que los atienda, o el compañerismo simple y sencillamente.
Lidia Pedrero Cornelio, Presidente de la Asociación Mexicana DDoble EEsfuerzo, A. C., advierte que tienen que luchar contra todo lo que se les presenta, barreras arquitectónicas, la propia familia, la misma condición en que se ven como desempleados, y sostiene la tesis de que la discapacidad genera pobreza y la pobreza genera discapacidad, ya que muchas personas que ahora están con una discapacidad fueron parte de esa misma pobreza.
“Siento que estoy viviendo una etapa muy bonita, le agradezco a Dios haberme permitido estar en este grupo de personas para poder ver de que manera van a salir adelante y yo junto con ellos, la lucha que nosotros tenemos no es nada más por los adultos sino que estamos abriendo la brecha para dejar bien cimentado un buen camino para que las futuras generaciones de niños no se enfrenten a lo que nosotros nos estamos enfrentando, que haya mejores oportunidades para ellos, que tengan mejores condiciones educativas, laborales, sociales y hasta disfrutar de la recreación como todos quisiéramos”.
Las condiciones que viven las personas con discapacidad en este tiempo no es diferente de lo que se vivió anteriormente, con la única diferencia de que ahora no los mandan a matar a los despeñaderos como hacían los griegos y otros pueblos, pero en este caso no permitirles su integración es prácticamente darles el tiro de gracia, porque no hay manera de que trabajen, de demostrar que no quieren vivir de la dadiva sino del fruto de su trabajo, que aquellos que se están esforzando por estudiar lo quieren ejercer, eso es lo que como seres humanos buscan.
“Como persona eso es lo que quiero y como mujer, como toda mujer, con todas las ilusiones, los sueños, con todas esas altas y bajas que tiene una mujer dentro de su vida diaria, no me siento diferente porque me di a la tarea de que nadie notara las muletas, porque yo decía tienen que reconocer que como persona con discapacidad no necesitan ver la silla de ruedas, las muletas, los aparatos ortopédicos, necesitan aprender a conocer que detrás de todo aquello hay un ser humano como cualquier otro”.
Se expresa con fluidez, de manera directa, firme y con energía, con esa energía y ese vigor que caracteriza a cada uno de ellos, que no se dejan vencer por las adversidades.

Suceso (S).- ¿A qué se enfrenta cotidianamente una persona con discapacidad?
Lidia Pedrero Cornelio (LPC).- A la discriminación, los abusos, la incomprensión y la indiferencia. Por ejemplo, un caso que en particular me afecto muchísimo porque no encontré un apoyo que verdaderamente me pudiera ayudar es el caso de una socia a la que su esposo entabló demanda de divorcio, ella tiene tres hijos, dos universitarios y uno de once años en la primaria, tiene un departamentito en planta alta y el caso es que ella contrato un abogado que al parecer se vendió porque no es posible haya perdido el caso, ella pierde el departamento, pierde la pensión de sus hijos, la pensión alimenticia, el servicio médico de ella y de sus hijos, en fin perdió todo, en estos momentos está esperando el día que lleguen a desalojarla, pero algo que quiero que sepas es que esa señora es ciega y sorda, así están las leyes en el Estado, sobre todo porque no tenemos una Ley que defienda nuestros derechos como seres humanos y como ciudadanos.
Cuando directamente nos dicen no entres nos enfrentamos a la triste realidad de que no tenemos nuestra Ley para hacer valer nuestros derechos. Como el caso de una chica en silla de ruedas que llegó a una tienda de ropa en el centro y le dijeron que no está permitido que las personas en silla de ruedas entren ahí. Ella quería saber donde acudir, quien podía ayudarla para hacer valer sus derechos sobre la discriminación de que había sido objeto. Yo realmente me siento impotente porque aún como asociaciones civiles ni nosotros mismos hemos podido hacer más de lo realizado, falta muchísimo por hacer, primero porque se minimiza nuestra capacidad para integrarnos piensan que con cualquier rampa se cubre nuestra necesidad y no es así porque si me haces una rampa muy inclinada, mejor dime que no me la vas ha hacer, no gastes en algo que no va a servir, lo digo a ti gobierno, pero con ella cumplen una normatividad y no se trata de eso, se trata de hacer las cosas de acuerdo a las necesidades que tenemos.

De la misma manera señala que los ciegos han sufrido muchísima discriminación, en una ocasión varios chicos ciegos que participaron en una carrera de la Victoria, se fueron con su entrenador que no es invidente al Centro de Convenciones porque había la Feria del Calzado, pero como iban con shorts y las playeras de la carrera no les permitían la entrada porque dijo el vigilante que no se permitía la entrada a limosneros, cuando ellos son deportistas, aparte de eso mientras estuvieron dentro buscando tenis adecuados para sus entrenamientos el guardia estuvo detrás de ellos todo el tiempo cuidando que no fueran a pedir limosna. Está el caso de otra chica que quería trabajar y marco un periódico con todas las solicitudes que le parecieron idóneas para ella de acuerdo a sus estudios y muy contenta se fue a solicitar empleo, pensando que de todos uno seria suyo, cuando regreso venia llorando desilusionada porque en todos no la dejaron hablar mucho menos presentar un examen para demostrar sus conocimientos, y en todas partes, sin más, le dijeron que necesitaban una persona presentable. La discriminaron porque le falta una pierna, pero ella es una chica muy guapa, se arregla muy bien además de que siempre es muy amable en su trato. Esas son cosas que viven diariamente las personas con discapacidad.

S.- Tabasco necesita darles un poco más de atención.
LPC.- Necesitamos no tanto una atención especializada, sino la reglamentación de la Ley de Desarrollo y Protección para las Personas con Discapacidad, porque si bien está ahí, y durante el año pasado tuvimos reuniones con el diputado Custodio y se suponía que él haría todo lo posible para que se reglamentara, no hemos visto claro, esperemos que no sea otro engaño más pero parece ser que ya no le queda mucho tiempo y que tristeza porque fue director del Centro de Rehabilitación, sabe de las necesidades que las personas con discapacidad tenemos y que el no poder ejercer nuestros derechos, significa un retroceso en este siglo XXI en el que ya deseamos integrarnos como cualquier ciudadano.
Por ello las asociaciones civiles nos vemos en la necesidad de unificarnos para elevar nuestra voz no solo porque la Ley necesita de un reglamento para ser ejercida sino porque como ciudadanos queremos ejercer los derechos que nos corresponden, porque en ella se habla que las empresas deben contratar el dos por ciento de personas discapacitadas sobre el total de su plantilla pero empresas como Pemex y las trasnacionales muy poco llenan estos requisitos por ser elitistas, entonces pregúntome yo ¿qué otras empresas le pueden dar trabajo a personas con discapacidad? tomando en cuenta nuestra preparación de acuerdo a lo que estamos capacitados para ejercer, pues las únicas que pueden proporcionarnos este apoyo en lo laboral son las micro empresas que son las que han estado haciéndolo, que tienen cuando mucho cincuenta empleados y les toca contratar a una persona con discapacidad, que es el dos por ciento que menciona la Ley, entonces, ¿Cuándo trabajaremos los 30 mil discapacitados que según las estadísticas habemos en el Estado?

Sueñan con un día poder integrarse como cualquier persona a una vida normal, ir a un súper implica revisar su lista de cuales están marcados como inaccesibles y ver las opciones que les quedan. Por ejemplo a Chedraui las personas con discapacidad no accesan porque no hay las instalaciones o los servicios adecuados como es el caso de los carritos eléctricos que nunca están en buen estado, ya que si no están rotos están desconectados, el caso es que nunca sirven. Soriana que era de los que tenían como accesibles ya está pasando lo mismo, esos los dejan tirados a media tienda y han tenido que salir sin nada porque tienen que utilizar sus muletas o los aparatos ortopédicos. En otros que de hecho ni carros hay es Aurrera que está por el puente de Indeco. Los únicos que les quedan marcados como accesibles es Walmart y Superama, y así tienen muchas otras carencias, por ejemplo muchos de ellos no conocen ni siquiera el parque La Venta o el Centro de Convivencia Infantil porque no hay accesibilidad y con caminos dificultosos para personas con muletas, no hay un carro eléctrico que les permita el acceso para poder disfrutar de la recreación como cualquier ciudadano.

“Eso nosotros lo consideramos discriminación, no me dices tú empresa, no entres aquí, pero el no poner el carrito es como poner el letrero de: No se permite el acceso a discapacitados. Y de esto se harían enciclopedias enteras para documentar todos los abusos que se cometen en contra nuestra, como resultó la dichosa credencial que nos dieron del Gobierno Federal por medio del DIF, el CRE que se nos había dicho que serviría para descuentos en transportes, descuentos en algunas tiendas departamentales, en fin, en realidad no sirve para nada. Por Dios, no se burlen tan descaradamente de nuestra condición porque somos seres humanos pensantes, inteligentes como cualquier otra persona y nos damos cuenta perfectamente de las cosas, entonces, ¿hasta cuando vamos a seguir viviendo esto por el simple hecho de minimizar el tener una ley que nos proteja de esta discriminación?
Esa es la pregunta que espera la respuesta de los niveles de gobierno, la iniciativa privada y hasta de la propia ciudadanía, ya que poner carritos eléctricos en la entrada de las empresas, negocios y centros recreativos sería tanto como decirles: Bienvenidos, los reconocemos y estamos con ustedes.

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