Ferdusi Bastar Mérito
La capacidad de asombro, la tenemos perdida en este país. Algo
impensable y cruel, una negra cadena de arbitrariedades,
abusos de autoridad y violación a todas las leyes y a todos los derechos,
acabamos de presenciar con el secuestro, si, el secuestro oficial y traslado al
extranjero de Alondra Luna Núñez, una niña de 14 años, secuestrada por nuestras
propias autoridades y remitida a otro país que no habla el mismo idioma
de la niña.
Se habla tratando de exculpar, de «la Interpol», pero en todos
los videos yo veo agentes con un uniforme que dice claramente «POLICIA
FEDERAL», mismo letrero que presentan los vehículos en que fue secuestrada y
trasladada.
Esta niña, fue sacada por la fuerza, contra su voluntad y sin el
consentimiento de sus padres, de la escuela en que estudia en Guanajuato, y
llevada por la Policía Federal a otro Estado, a Los Reyes Michoacán, ante
una juez corrupta, que denigra e insulta a la judicatura, Cinthya Elodia
Mercado García, quien no aceptó ningún alegato de la menor que mostró su red
social con fotografías desde niña sin tener ningún parecido con la supuesta
hija de una gringa, se negó a aceptar los reclamos de la menor para que le
hicieran una prueba de ADN, y los alegatos de sus padres para presentar
actas de nacimiento y otros documentos desde cuando era bebé.
La única respuesta grosera y a gritos de esta vergüenza de la
judicatura fue: «Yo ya tomé una decisión, y esta menor se va a Estados Unidos».
No sería dinero lo que «tomó»? Y porqué un juzgado de Michoacán y no de
Guanajuato, donde vive?
Y contra la voluntad de la menor, de sus padres, sin pasaporte,
contra todo derecho, fue enviada a Houston, donde otras autoridades si respetaron
la petición y los derechos de la menor y ordenaron la prueba de ADN
que demostró que los verdaderos padres eran los de Guanajuato y fue regresada
al seno de su familia.
¿La cruel pesadilla sufrida por esta niña, que incluso ya
no tendrá su fiesta de 15 años por el endeudamiento en que han incurrido sus
padres, en el tratamiento del caso, la tortura de su madre y de su padre, de
toda la familia, será resarcida, de alguna manera? Que yo sepa, ni una sola
disculpa, ningún «perdón». Todo se quedará en la monstruosa impunidad que
padecemos en México.
¿Acaso esta niña, gritando, pataleando, llorando, no fue sometida a una
horrible tortura y a un daño sicológico que ojalá pueda superar con el
tiempo? ¿Y la Convención Contra la Tortura? ¿Y la Convención del
Niño, firmada por México y respaldada en el Artículo Primero de nuestra
Constitución para la protección de los Derechos Humanos?
Entre otras cosas, en sus primeros numerales este Pacto
obliga a México a »proteger» por todos los medios al niño (Art.1), a
atender SIEMPRE el interés superior del niño (Art.3), a respetar y PRESERVAR su
identidad, su nacionalidad, su nombre (Art.8), a no permitir que un niño,
que ningún niño, sea separado de sus podres en contra de su
voluntad (Art.9), a no permitir el traslado indebido al extranjero,
de ningún niño (Art.11) a impedir el secuestro (Art.35), a no
permitir torturas ni tratos inhumanos y en caso de detenciones a
dar la asistencia jurídica inmediata (Art.37).
México incumplió todos sus compromisos internacionales, integrados en
el Art. 1 Constitucional. Policías varones secuestraron en forma inhumana y
contra su voluntad a esta niña, el DIF de Michoacán que la tuvo
transitoriamente a su cargo, no cumplió con su deber de protección, una Juez
corrupta transgrede todos los derechos y emite una aberrante resolución, autoridades
del aeropuerto, de Migración y líneas aéreas dan salida del país a una
menor, sin pasaporte, sin autorización de sus padres y en contra de
su voluntad.
¿ defendió y apoyó a esta menor y a su familia atropellada, ofendida,
vejada, ultrajada en su propio país? Nadie, lamentablemente nadie. Fue en el
extranjero donde si atendieron la petición de la menor, verificaron su
identidad y la regresaron a su familia. Un triste caso en que se nos muestra la
indefensión, la inseguridad, en que nos encontramos. La corrupción y el
sometimiento de nuestras autoridades.
Y vienen agentes armados extranjeros a nuestros aeropuertos,
aduanas, puertos, y tras las espaldas de funcionarios visitantes,
gracias a la reforma aprobada por el Congreso. ¿Y el Artículo 10 de
nuestra Constitución? Limita a ciudadanos mexicanos la posesión y
portación (previa autorización) de armas. No a extranjeros. Esta reforma,
es anticonstitucional. Ojalá la Corte, siquiera una vez, defienda nuestros
derechos.
Gandhi decía: «Lo más malo, de las cosas malas, que hacen las gentes malas, es el silencio de la gente buena». Y tú ¿qué dices? Y tú ¿qué haces?
Gandhi decía: «Lo más malo, de las cosas malas, que hacen las gentes malas, es el silencio de la gente buena». Y tú ¿qué dices? Y tú ¿qué haces?
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